Butirato (como triglicérido) y triglicéridos de cadena media. Envoltura: gelatina bovina, humectante (glicerina vegetal) y agua.
Tomar una (1) a dos (2) perlas al día, preferentemente con las comidas, o según recomendación de un profesional.
60 / 120 perlas de 700 mg.
Ingredientes 1 perla 2 perlas
Butirato (como triglicérido) 450 mg 900 mg
Triglicéridos de cadena media 50 mg 100 mg
Estudios recientes han demostrado los efectos beneficiosos del butirato sobre el ecosistema intestinal. Gracias a su papel sobre la permeabilidad intestinal y su efecto antiinflamatorio, el butirato puede ser especialmente interesante en la prevención de ciertas enfermedades digestivas, como las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, la diverticulitis o el síndrome del intestino irritable.
Butirato y síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable es una enfermedad que afecta a 1 o 2 personas de cada 10 y se traduce por dolor abdominal crónico. El origen de esta enfermedad es una alteración del ecosistema intestinal y del eje intestino-cerebro
Para disminuir la inflamación intestinal, se recomienda corregir la alimentación, sobre todo mediante una dieta pobre en FODMAP.
Un estudio reciente1 ha demostrado, en los pacientes afectados por el síndrome del intestino irritable, que una disminución del consumo de glúcidos de cadena corta o FODMAP puede reducir los síntomas gastrointestinales funcionales.
Sin embargo, la mayoría de FODMAP son prebióticos procedentes de una alimentación rica en fibras, por lo que este tipo de modelo alimentario disminuye la producción de butirato.
Butirato y EICI
Las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino (EICI) son la enfermedad de Crohn y la rectocolitis hemorrágica. Estas enfermedades se caracterizan por una inflamación recurrente a lo largo del tubo digestivo. Una predisposición genética, respuestas inmunitarias inadecuadas y factores medioambientales podrían estar implicados en las EICI.
Entre los factores medioambientales, cada vez más estudios ponen en evidencia que la disbiosis interviene como un factor importante en el desarrollo y el mantenimiento de las EICI.
Butirato y diverticulitis
La diverticulosis cólica se caracteriza por la aparición de pequeñas hernias en la mucosa intestinal. Puede estar presente sin síntomas aparentes, pero también puede asociarse a problemas de estreñimiento o diarrea. Esta afección afecta principalmente a las personas de edad avanzada, a más del 65 % de las personas mayores de 85 años. En el 10 al 25 % de los casos, los divertículos se inflaman y entonces se habla de diverticulitis.
Se recomienda una dieta alimentaria equilibrada con alto contenido en fibras a los pacientes que padecen esta enfermedad. Un estudio clínico4 publicado también ha demostrado el interés de una complementación con butirato de sodio en la prevención de la diverticulitis. Después de 12 meses de complementación, se observó una disminución significativa del número de episodios de diverticulitis y una mejora de la calidad de vida en el grupo complementado con respecto al grupo de control.
Por otra parte, la acción de los probióticos para tratar los síntomas de la diverticulitis también es una vía interesante para los pacientes5 . Una complementación a base de tres cepas microbióticas, Bifidobacterium lactis, Lactobacillus acidophilus y Lactobacillus salivarius LA302, asociada al antibiótico estándar, redujo significativamente el dolor abdominal y la inflamación causados por la diverticulitis.